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jane eyre

Ambientada a mediados del siglo XIX, Jane es una pobre huérfana maltratada y humillada por su tía política quien, harta de tener que cuidarla la manda a un internado para señoritas en el que vivirá en condiciones no mucho mejores que las que sufre en casa de su tía.

No obstante consigue tener una buena relación con una de las maestras y, tras terminar sus estudios, se queda a dar clases a las niñas en el propio internado. La marcha de su amiga hace que ella también se plantee abandonar su trabajo y, por medio de un anuncio en el periódico, consigue un puesto de institutriz en la mansión de Thornfield, para participar en la educación de una niña de 8 años, Adele que está al cuidado del Sr. Rochester. Una especie de ahijada o algo parecido.

Aunque recibe una cordial bienvenida y su relación con el ama de llaves es buena, algo en esa casa no funciona. El señor de la casa no aparece por allí más que cada x meses, está unos días y se va durante otros muchos meses, no sabemos dónde. Además en la casa se oyen ruidos raros: unas risas siniestras, terroríficas, que el ama de llaves achaca a una de las criadas. Jane no se queda muy convencida.

Un día, de la manera más casual, conoce al que es su patrón. Se lo encuentra mientras pasea y le ayuda tras una caída del caballo. Es al volver a casa cuando se entera de quién es.

El Sr. Rochester tiene un carácter bastante huraño, pero poco a poco empieza a tener cierta confianza con ella, entablando conversaciones como hasta ahora no lo había hecho con nadie. De hecho, incluso el ama de llaves se extraña de que el Sr. Rochester pase tanto tiempo en la casa, cosa inusual en él.

Una noche, Jane vuelve a oír las risas diabólicas, esta vez muy cerca de su puerta, escucha pasos en el pasillo y armada de valor decide salir a investigar. No ve a nadie, pero se encuentra con que el dormitorio del Sr. Rochester está en llamas y él durmiendo. Consigue despertarle y salvarle pero, extrañamente, él no quiere que nadie se entere de lo ocurrido.

El hombre abandona la casa de manera inesperada y, al cabo del tiempo vuelve, ahora con amigos y amigas. Es en ese momento cuando los celos abren los ojos de Jane para que se de cuenta de que está enamora de su patrón, aunque sin ninguna esperanza. Un día se presenta un extraño en la casa. Se vuelven a oír los famosos gritos y Rochester la avisa para que le ayude. Alguien ha atacado violentamente al visitante. Hay que hacerle salir de casa sin que nadie se entere. En el más absoluto secreto llaman a un doctor y tras una cura de urgencia, obligan al herido a abandonar la casa.

La vida de Jane y de Rochester se complica cada vez más, los problemas y la tensión van en aumento, hasta que un día, cuando parece que ha llegado el final, Rochester le pide que se case con ella. Incrédula pero totalmente feliz, acepta. Pero aquí es cuando de verdad empieza a complicarse la historia. La boda tiene que ser rápida (ella no sabe porqué), no más tarde de un mes. Ese día, cuando están a punto de dar el sí quiero, alguien tiene algo que decir y no calla para siempre: Ese alguien descubre algo terrible: Rochester está casado, nada más y nada menos que con la loca que chilla y ríe por las noches, con esa risa escalofriante, la misma que intentó matarle provocando un incendio.

La novela está narrada en primera persona, lo que hace que te introduzcas mejor en el personaje y le conozcas desde dentro, compartas y sientas sus propios sentimientos. Jane no es una persona tímida, por el contrario creo que es muy valiente, pero sí muy introspectiva, por lo que su relación con el resto del mundo no es demasiado fácil. Sin embargo es una persona buena, amable, trabajadora, entregada y que se hace querer por todo el que la conoce.

Como mujer de su época Jane es una mujer educada de manera rigurosamente religiosa. Por un lado, esto hace que sus creencias le sirvan como ayuda y amparo en momentos difíciles, de los que vivirá muchísimos, a respaldar decisiones drásticas que deberá tomar. La religión le sirve como refugio y da paz a su alma inquieta y doliente. Pero por otro lado, Jane es una mujer inteligente lo que hace que se cuestione tantas y tantas normas y preceptos irrazonables y fuera de lugar que la propia religión impone a sus creyentes.

Los dos protagonistas principales no son guapos, sensuales, seductores… Yo los definiría como personas inteligentes a los que la vida ha endurecido. Son dos almas gemelas que se han encontrado y ya es difícil, pues el carácter de ambos es complejo y sus vivencias pasadas duras, terribles. Jane es más confiada, más suave en el trato, pero Rochester es irónico, desconfiado, pudiendo llegar a ser hiriente. Aunque todo esto es una coraza que lleva encima para protegerse del dolor. Esa rudeza no intimida a Jane, lo que hace que él se fije en ella de una manera difrente.

No era fácil, pero lo han hecho, se han encontrado el uno al otro y, a pesar del tiempo y la distancia, un lazo invisible, pero irrompible, les unirá a ambos pasa siempre

Charlotte Brontë ha conseguido escribir una novela deliciosa, romántica y dramática, con personajes intensos, complejos, construidos con cuidado y amor. La trama, original y bien trabajada, se alarga en el tiempo. Los sucesos que acontecen a todos los personajes discurren son una hábil naturalidad.

No es una novela romántica al estilo clásico. Brontë nos cuenta prácticamente toda la vida de Jane, con cuidado, con detalle, con un lenguaje tan perfecto que hace que su lectura resulte difícil de dejar. Te lleva en volandas por las páginas del libro, disfrutas con las maravillosas e interesantes conversaciones entre los personajes, percibes en primera persona como comienza ese amor tan intenso por parte de cada uno de ellos, poco a poco, con miedo a dar un paso en falso.

Aún así, aún siendo una preciosa historia romántica, no deja de lado una fuerte crítica a la sociedad en que la tocó vivir, creando en Jane un arquetipo totalmente contrario a lo que se esperaba de una mujer, sobre todo de condición humilde. Charlotte Brontë despliega ante nosotros un cuadro clarificador y plástico, detallado, de aquella sociedad británica. Un libro feminista, revolucionario y controvertido. Criticado a la vez que alabado.
Jane tiene unas ideas muy avanzadas para la época. Es independiente y se valora y respeta como persona, siempre orgullosa de saber que, aunque socialmente, económicamente, esté en un escalafón bastante bajo del esquema social, está tan arriba moral e intelectualmente como pudiera estar cualquier otro. Quiere ser independiente y no representar el papel de esposa sumisa, obediente y subordinada siempre a su marido, que tenía reservado, casi en exclusiva, la sociedad victoriana para las mujeres. Tampoco se libra la religión, a la que lanza alguna que otra certera pullita.

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