
La madre. Pearl S.Buck
Esta novela, la sexta de la autora, publicada por primera vez en el año 1934, nos relata con todo detalle y sin ningún tipo de tapujos, las miserias y la incultura de la China campesina precomunista. Aunque no recuerdo ahora que la autora cite expresamente la época en que se desarrolla, por su contenido no resulta difÃcil situar la historia más o menos en los años en que fue escrita, es decir, en el marco histórico de principios de los años 30.
Es una novela triste, muy triste, sobrecogedora, de esas que te dejan con el corazón encogido, o por lo menos a mi me lo ha dejado. Escrita desde el conocimiento y la cercanÃa (hay que tener en cuenta que la autora vivió gran parte de su vida en China adonde la llevaron sus padres misioneros con tan sólo tres meses de edad), la historia recoge la dura y penosa vida que llevan los campesinos de la época, contada desde la mirada de una de tantas madres trabajadoras de esa China rural. El amor y la solidaridad, pero también la soledad, la tragedia, la injusticia, el orgullo, la ignorancia, y la muerte, son los ingredientes básicos que nos encontramos en este relato.
Sorprende que deliberadamente la autora no haya puesto nombre a ninguno de los personajes, llamándolos por su parentesco o por algún mote ocasional (el esposo, el hijo menor, la vieja madre, la esposa del primo, la vieja chismosa…), lo que provoca que durante la lectura se intensifique la sensación de dramatismo. Supongo que serÃa éste el efecto que la autora querÃa causar al omitirlos.
También me ha resultado muy llamativo el que, utilizando un lenguaje claro y directo, a veces tienda a usar en exceso la conjunción o el nexo «y» para expresar una sucesión de enunciados: «…cuando pensaba en sus vestidos, y en los pasteles, y en el incienso quemado, y en las insidiosas miradas, y en sus susurradas insinuaciones…», por lo que a veces el lenguaje me ha llegado a parecer incluso algo infantil. Igualmente, utiliza con bastante frecuencia la posposición del pronombre al verbo: «dÃjole al primo», «sintióse afligida», «alisóse el pelo»…. . Imagino que ambas estructuras serán recursos que ha utilizado como «efecto intensificador», aunque tengo mis dudas sobre si dicha utilización ha sido obra de la autora o del traductor.
Como es la primera obra que leo de esta escritora no tengo ninguna base para comparar, pero comentándolo con Ascen, que además de colaboradora de este blog es amante de la literatura de Pearl S. Buck, me indicó que en ninguna de las novelas que habÃa leÃdo de ella, entre las que no se encuentra «La madre», habÃa observado la utilización de este tipo de recursos que he citado anteriormente. ¿Será una libertad que se ha tomado el traductor?.
En fin, que no puedo decir que el libro no me haya gustado, porque no serÃa cierto, pero sà que su lectura me ha decepcionado un poco, fundamentalmente porque me esperaba otra cosa de ella después de los elogios que habÃa oÃdo de esta autora, tanto en éste, como en otros blogs. Quizás haya hecho una mala elección para iniciarme con ella. Habrá que darla una segunda oportunidad para poder juzgar con mayor conocimiento.