Gerald y Jessie Burlingame llevan 20 años casados e intentan buscar nuevos alicientes en sus relaciones amorosas. Gerald le propuso a Jessie un nuevo juego erótico que pasaba por ser esposada a la cabecera de la cama. Deciden pasar un fin de semana en su cabaña del lago.
Todo parece trascurrir normalmente pero en un momento dado Jessie decide que ya no quiere jugar y pide a su marido que la desate. El problema es que no lo hace de manera amable sino insultando y humillando a su marido quien, en venganza decide no desatarla y continuar con su juego, pensando que Jessie estaba totalmente indefensa.
Pero no contaba con que sus piernas estaban libres y Gerald recibe una fuerte patada en la cabeza que le lanza fuera de la cama y se golpea mortalmente. O quizá haya sido un paro cardÃaco por el susto. Da igual y Jessie no lo lamenta (se lo tiene merecido) hasta que se da cuenta de que está atada a la cama, sola y sin posibilidad de soltarse. Encima no es temporada y es posible que no pase nadie cerca en muchas semanas. Esta terrible situación parece abocada a un macabro desenlace.
En estas circunstancias, el miedo, la imaginación, la sed, el hambre y la oscuridad, son los mejores ingredientes para que se sienta acosada y hostigada por las voces que le hablan desde dentro de su cabeza. Rayando en la locura, estas voces, feroces, tÃmidas, agresivas, prudentes, descaradas…, le hacer revivir y enfrentarse a todas las pesadillas de su pasado, de su infancia y de su juventud y le hace comprender que nada es más terrorÃfico que el futuro inmediato que le espera.
Un perro hambriento y un fantasma que parece muy real y que bien pudiera ser la Parca que viene a llevársela, son la única compañÃa de Jessie quien, desde luego, preferirÃa estar sola.
¿De qué somos capaces los humanos en situaciones lÃmite? Cuando todo está perdido ¿Qué más podemos perder? ¿Somos conscientes de la fuerza de la que nos dota nuestro instinto de supervivencia?
Interesante trama que nos lleva a una introspección brutal de nosotros mismos al intentar ponernos en la piel de la protagonista. La situación en la que esta se encuentra, la que parece la base argumental, es sólo el vehÃculo necesario para que pueda echar una mirada a su interior y sacar a la luz situaciones que mantenÃa voluntariamente ocultas por dolorosas. Enfrentarse a la verdad le hace reconciliarse consigo misma aunque el proceso es doloroso.
Está narrada en primera persona, siendo los pensamientos y reflexiones de Jessie, las conversaciones consigo misma (o con sus voces) las que nos conducirán a lo largo de toda esta asfixiante, claustrofóbica, terrorÃfica y angustiosa historia.
El interés de la lectura es de progresión geométrica, tanto que, lo que en principio parecÃa iba a ser una lectura inacabada, terminó adquiriendo una velocidad de crucero.
No me gusta el final. Creo que una historia como esta hubiera merecido un final en pleno clÃmax argumental aunque es cierto que es casi el único “pero†que le puedo poner.
A pesar de que este nuevo encuentro con la obra de este autor es más positivo que el anterior, Stephen King sigue sin estar en mis lista de autores preferidos.