La acción transcurre en un futuro post-apocalÃptico del que no se especifica fecha, supongo que para no pillarse los dedos, no vaya a pasar como con 1984 de Orwell, por ejemplo, o con algún otro libro o pelÃcula futurista que no vieron cumplidas sus predicciones.
Norteamérica, ahora llamada Panem, está dividida en trece distritos sometidos todos ellos a una sola ciudad que les gobierna: Capitolio, que concentra todo el poder y riqueza.
Cada distrito está especializado en un tipo de trabajo. Todos los ingresos van a parar a Capitolio que se dedica sólo a disfrutar de la vida.
Un pasado de guerras acabó hace 74 años con el exterminio del distrito 13. Desde entonces, y para que a nadie se le olvide, se conmemora este hecho con una especie de reality show anual llamado Los Juegos del Hambre.
Cada distrito tiene que ofrecer dos tributos, un hombre y una mujer, que serán seleccionados por sorteo entre todos los mayores de 12 años y que aún no tienen 18, la edad de trabajar. Siempre pueden ofrecerse tributos voluntarios y eso evitarÃa a los “afortunados†con el sorteo participar en los Juegos. Desde el duodécimo cumpleaños, cada año va añadiendo a la urna una papeleta con el nombre de cada uno de los candidatos. Estas papeletas son acumulativas por lo que tienen más probabilidades de salir elegidos los más mayores.
Y ¿En qué consisten estos juegos? A todos los participantes se les recluye en una zona destinada al efecto, fabricada especialmente para ello, con cámaras de seguimiento, efectos especiales y… en fin, control absoluto de los acontecimientos por parte de los dirigentes.
La finalidad del juego es, simplemente, sobrevivir a él. O no tan simple, pues para esto deben morir 23 jugadores y sólo el último será proclamado vencedor y, además de fama y dinero, tiene la suerte de no tener que volver a entrar en el sorteo para otros juegos.
Esta especie de circo romano (“capitolio†incluido) es, al igual que el original de los tiempos del Imperio Romano, bastante sangriento. Se trata de matar o morir. Hay veces que los tributos se ven obligados matar a amigos o familiares de tu propio distrito.
Este reality es televisado para disfrute de todos los distritos, aunque a los únicos que divierte es a los habitantes de Capitolio, gente superficial que vive rodeada de lujo y exceso para quienes los tributos nos son personas sino meros intérpretes de este macabro juego.
Los protagonistas de esta novela son los tributos del distrito 12: Katniss Everdeen y Peeta Mellark. Ellos participarán en los 74º Juegos del Hambre como representantes del distrito más pobre de todos, en el que sus habitantes se dedican a la minerÃa. Katniss Everdeen se presentará voluntaria para evitar que su hermana Primrose de 12 años, elegida por sorteo, se enfrente a una muerte segura.
Aunque pensemos que también ella tiene todas las de perder, hay que tener en cuenta las circunstancias personales de Katniss. Su padre murió hace unos años en una explosión de la mina en la que trabajaba; su madre no lo pudo superar y fue ella la que tuvo que encargarse de mantener a la familia ¿Cómo? Sólo hay dos maneras de no pasar hambre y ella utiliza las dos.
Una es la caza furtiva. El distrito está cercado por una valla supuestamente electrificada, pero sólo supuestamente. Al otro lado está el bosque y la caza que se puede conseguir en él. El problema es que si te pillan estás condenado a muerte inmediata, pero Katniss tiene la ventaja de haber entrenado con su padre cuando éste aún vivÃa y posee una gran habilidad con el arco y las flechas y para pasar desapercibida en el bosque, sin hacer ruido y sin que nadie te vea, ni animales ni guardianes, lo que es mucho más importante.
Otra es pedir comida al Capitolio, a través de las llamadas teselas, para cada uno de los miembros de su familia en su cumpleaños todos los años, proporcionándoles granos y aceite. Pero por cada tesela que pidas, una papeleta extra con tu nombre será incluida en los próximos sorteos.
Los participantes tienen alguna ayuda. Primero con un entrenador para los Juegos. Éste será algún miembro de su distrito que haya participado –y en consecuencia ganado- en unos Juegos anteriores. También cuentan con patrocinadores. Los patrocinadores son habitantes ricos del Capitolio a los que si les “caes bienâ€, puedes recurrir en caso de necesidad para que te envÃen ayuda extraordinaria al campo de batalla. Para conseguir esto debes responder a la demanda de los organizadores y seguir sus normas para hacer más entretenidos los Juegos y conseguir ser más popular que los demás participantes.
Hay quien califica este libro de juvenil, supongo que es porque sus personajes principales son adolescentes, pero yo no estoy de acuerdo. Además de que los personajes tengan edades similares a la de los lectores que van dirigidos, también deben tener una estructura y un lenguaje sencillos para atrapar su atención con más facilidad. Y no es que este libro tenga expresiones o giros lingüÃsticos complicados, pero no es una narración sencilla, ni superficial, ni trata temas que pudieran ser habituales entre la población juvenil. O son muy buenos y avezados lectores o deberÃan esperar algunos años para leerlos, aunque también hay que considerar que las pelÃculas ayudan mucho a que se sientan interesados por los libros que las originaron.
Me parece un tema interesante, tiene una trama bien trabajada (sazonada con la pizca de fantasÃa necesaria) y los personajes están muy cuidados, con personalidades muy diferentes y todas ellas bien conformadas. Aún siendo una trilogÃa, este libro puede leerse de manera independiente, pues la historia bien podrÃa considerarse terminada.
No dirÃa que Suzanne Collins es una autora excepcional pero creo que ha realizado un buen trabajo y he disfrutado con su lectura.