
Ronin, Francisco Narla.
El libro de Francisco Narla nos presenta en esta ocasión una novela histórica ambientada en el Japón medieval de los samurái y los ronin, pero mezclada a su vez con otra trama, ambientada en la España colonial y su expansión por Asia a lo largo de la historia moderna, primeramente en Filipinas, y con posterioridad en el Japón de la era Tokugawa.
Ambas tramas corren paralelas, y aunque en principio todo indica que van a ser independientes, tanto por su temática, como por su ubicación geográfica, finalmente veremos que tienen nexos de unión, y que ambas líneas acabarán coincidiendo en algún tiempo y lugar.
La primera de ellas comienza en Japón, donde la lucha por el poder de los señores feudales está en su punto álgido, y los partidarios de uno y otro daimio luchan entre sí por obtener una cuota de poder en un momento de inestabilidad política. Tokugawa Ieyasu es uno de los cinco regentes que gobiernan de facto el Japón tras la muerte de Hideyoshi hasta que el hijo de este, Hideyori, tuviese edad suficiente para reinar. Sin embargo, las ambiciones de Tokugawa Ieyasu no son simplemente servir como regente, sino que quiere convertirse en señor único de Japón, en Shogun. Al separarse del consejo, unos y otros señores toman partido entre los fieles al joven Hideyori y los seguidores del rebelde, y comienza la escalada por el poder.
Uno de los castillos de un señor feudal fiel a Tokugawa está siendo asediado por los partidarios del consejo de los cinco, y tras resistir durante mucho tiempo al asedio, parece inminente la derrota, ya que los asaltantes cuentan con armas de fuego proporcionadas por los demonios extranjeros, que están empezando a entablar relaciones comerciales con el Japón, por lo que todos los samurái y soldados del castillo de Fushimi están preparados para ofrecer una muerte admirable, y caer defendiendo a su señor ante el inevitable desenlace.
Poco antes del desenlace, el señor del castillo llama a Saigo Hayabusa, un viejo samurái curtido en mil batallas, y le ordena una última misión; ha descubierto que la fortaleza caerá debido a una traición, así que Saigo debe salir a escondidas del castillo y encontrar al traidor. Por lo tanto, no morirá con honor con el resto de sus compañeros, sino que deberá convertirse en ronin, un hombre sin honor. A pesar de la terrible deshonra que supone eso, Saigo no puede desobedecer una orden de su señor feudal, así que no le queda más remedio que hacerlo, y cometer seppuku después de ello.
Por otro lado tenemos la historia de Dámaso Hernández, un alférez de los tercios de Flandes intenta progresar en la vida militar para poder tener posibles y pedir la mano de la menina Constanza de Accioli, una de las damas de compañía de la reina. En su escalada por el cursus honorum acabará en Filipinas, donde España está estableciendo bases comerciales para acceder al mercado asiático. Sin embargo, uno de sus jefes, que también aspira por el amor de la menina, hará que le trasladen al lejano Japón, con la oscura intención de que los salvajes amarillos acaben con él, y con sus aspiraciones amorosas.
¿Será posible que los objetivos de Dámaso y de Saigo sean los mismos?. Deberás embarcarte en la lectura de Ronin, y dejarte llevar por la prosa de Narla a los lejanos paisajes del Japón medieval. Desde luego, es una lectura que merece la pena.