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Reseña Los papeles de Malta

Poco tiempo me ha llevado leer esta primera novela de Joana Delgado Casanovas, Los Papeles de Malta.

Lo cierto es que la inicie con bastante interés pues, a priori, tanto el tema como lo que conocía de esta novel escritora, hacía presagiar una buena novela, pero desgraciadamente, al menos bajo mi punto de vista, no se han cumplido del todo las expectativas generadas.

La trama está centrada en la construcción de la Villa Olímpica de Barcelona, allá por el año 1991 y nos centra en una trama de corrupción y blanqueo de dinero en torno a la construcción de los distintos edificios que componían dicha Villa Olímpica, y en concreto la de un hotel.

Varios son los personajes que la autora pone en juego alrededor de dicha trama tratando de retratarlos por fuera y sobre todo por dentro, aunque la verdad es que no siempre lo consigue.

No podría hablar de un protagonista o personaje que lleve el peso de la trama, ya que, al estilo de las novelas corales, se trata de distintas historias separadas, que al final confluyen, o al menos deberían, en el desenlace.

Magda, es una madura policía local, en la localidad francesa de Agde. De origen español, viaja con frecuencia a Barcelona para encontrarse con su amante, un hombre casado, de nacionalidad argentina y supuestamente dedicado a los negocios.

Rafa, es un joven, empleado como obrero en la construcción del hotel, que accidentalmente provoca un incendio en la obra, hecho que, casi sin querer, será el desencadenante de toda la acción.

Ramiro, encargado de que las obras de construcción se realicen en tiempo y forma. Un personaje de paja, hombre de confianza y correa de transmisión de sus superiores, cuya única misión es obedecer sin preguntar.

Boters, el superior directo de Ramiro, es una persona solitaria y atormentada. Forma parte del club de los “elegidos”, aquellos que mueven los hilos de la corrupción y el blanqueo, pero no se encuentra a gusto en su papel y teme que en el momento en que todo pueda quedar al descubierto, su rol sea el de chivo expiatorio.

Guinart, un triunfador en la sociedad. Se mueve en los altos círculos de la burguesía catalana, a la que siempre ha pertenecido. Es el cabecilla de la red de corrupción, del club de los “elegidos” y quien establece los oscuros contactos que les han llevado a todos, y sobre todo a él, a enriquecerse aún más de manera ilícita.

La historia comienza con Magda, quien viaja a Barcelona para encontrarse con su amante, después de haber tenido un extraño encuentro con un no menos extraño personaje, quien tras ser atendido después de un accidente de tráfico, le dice que no informe de ello y desaparece.

Por otro lado, Rafael, un personaje que en si poco tiene que ver con la trama y que parece más bien de relleno, provoca involuntariamente un accidente en el hotel en construcción de la Villa Olímpica.

Este accidente, sin embargo, preocupa a Ramiro quien teme las represalias de sus jefes, Boters y Guinart, ya que como hombre de confianza de ellos, se supone que es el último responsable de cualquier incidente que pueda retrasar la construcción del hotel.

Por otro lado, no deja de sospechar que algo turbio envuelve los negocios en los que están envueltos Boters y Guinart, y por ende teme verse involucrado con ellos.

Estos por su parte empiezan a descubrir que la policía anda tras su pista y que están a punto de verse al descubierto todas sus tramas, por lo que Guinart ideará un plan para salvar su posición, en el que Boters tendrá que ser el sacrificado.

De ese plan, formará parte de forma un tanto tangencial, Magda, a quien su extraño conocido, le ha depositado una cuantiosa suma de dinero en un banco a cambio del favor que en su momento le pedirá.

Todos los hilos de la trama están a su vez movidos por un personaje que aparece sin aparecer, “El Maltes”, que utiliza la construcción de la Villa Olímpica como vía de blanqueo de capitales y que a su vez rinde cuentas a una extraña mujer en una historia más bien surrealista y muy forzada, que tampoco aporta nada aunque al principio lo parezca.

La trama en sí es corta y simple, sobre todo para lo que prometía. No profundiza en el tema de la corrupción y ni siquiera en el argumento en si, que en general queda corto en su desarrollo. Se deslabaza con notable frecuencia y se pierde en las descripciones, sobre todo de sus personajes. Casi diríamos que es secundaria y con un final que no lo es. Como si hubiera quedado cortada, como si la autora no supiera o no quisiera rematar. Tal vez esa sea la idea.

Los retratos de los personajes, en los que la autora parece querer centrarse más, si tratan de ser exhaustivos. Lo consigue a veces, pero en otras se queda en lo superficial. Con acciones, en algunos casos forzadas y poco creíbles, se nos trata de presentar unos estereotipos, que resultan cuando menos caprichosos y no del todo convincentes. Demasiado ficticios en ocasiones.

Y todo ello con una impresión de desorden en la que los lectores se pierden. A veces el hilo narrativo es excesivamente lento en sus descripciones, y a veces tan rápido que parece que la autora tuviera prisa por terminar, por llegar al desenlace.

Un desenlace, que como he dicho antes no parece tal. La trama no queda del todo resuelta y los personajes, excepto Boters, se nos quedan, cada uno por su lado, insatisfechos y reflexivos, en una Plaza de Cataluña que parece que quisiera simbolizar algo así como el centro neurálgico de toda la trama y de toda aquella sociedad convulsionada por las próximas Olimpiadas.

Como ya he dicho, la autora pierde la oportunidad de profundizar en el tema de la corrupción y algunos momentos y decisiones de los personajes, resultan difíciles de entender por poco creíbles, lo que lastra su retrato psicológico, que en ocasiones esta conseguido, pero en otras no tanto. La conexión entre ellos resulta en algunos casos demasiado artificiosa cuando no surrealista.

En resumen, que la novela se nos va a quedar en una demostración de buenas intenciones por parte de la autora, tanto en el argumento, como en el retrato de los propios personajes.

Pero no consigue pasar de ahí. Se enreda en situaciones extrañas que frenan la cadencia, en descripciones e historias paralelas que poco o nada tienen que ver con la narración principal y termina como con prisas y dejando al lector un poco vacío.

Podría desde luego haber dado mucho más de sí, máxime cuando estamos ante una novela que se queda corta en número de páginas y que se podría haber rematado más y de mejor manera.

Otra consideración que no quiero dejar pasar por alto es que, al menos en el fichero que a mi me ha llegado, se observan notables faltas gramaticales en la puntuación de los párrafos. Comas, puntos y puntos y comas, se hallan con alguna frecuencia descolocados, obligando al lector a releer y colocarlos mentalmente en su sitio para entender las frases.

Quiero creer que se trata de un error o falta de corrección de textos, al igual que alguna falta de ortografía, como la denominación del restaurante barcelonés “Via Veneto”, que en mi ejemplar viene escrito “Via Beneto”, algo que no me ha dejado de llamar la atención, siendo además la autora originaria de Barcelona.

En fin, que la novela, como curiosidad por tratarse de una “opera prima”, admite una lectura benevolente y permite apuntar a algo más. Pero creo que hay que pulir muchos detalles antes de aventurarse con la segunda, al menos y siempre, bajo mi modesta opinión.