Tras la Primera Guerra Púnica de Cartago contra Roma, Cartago se ve imposibilitada de pagar a tantos mercenarios como ha contratado. Estos descontentos arrasan la ciudad acampan en las ricas haciendas y comen y beben a los bestia, como era costumbre, hasta que los cartagineses, con promesas vanas y sutil inteligencia consiguen echarlos de la ciudad. Pero no pasará mucho tiempo hasta que los mercenarios se den cuenta del engaño al que han sido sometidos. Vuelven a Cartago y sitian la ciudad reclamando la paga prometida.
Pero Cartago es una gran ciudad, poderosa y bien protegida. No será fácil entrar. Entre tanto uno de los líderes mercenarios Matho ha podido ver, tan sólo momentáneamente a la bella Salambó, hija de Amilcar Barca, importante general cartaginés, y sacerdotisa de Tanit. Se obsesiona de tal manera con ella que no será persona hasta que consiga tenerla.
Esta historia de amor servirá para mostrarnos un escenario, recreado con minuciosidad, de una de las ciudades más importantes de la antigüedad, de las luchas, asedios, crueldad de las guerras de aquella época y de las riquezas exuberantes que los grandes caudillos de las importantes ciudades exhibían sin pudor ante el pueblo, pobre, y los soldados más que pobres, míseros.

Recreación del Cartago antiguo, fuertemente amurallado y estrecha y protegida entrada al puerto.
Una gran novela histórica, sin duda, que recomiendo a todos cuantos gusten de este género, pero a mí me gusta que la Historia esté más camuflada dentro de la historia.
Del autor, nada que decir. Novela de factura impecable, con las palabras justas, bien documentada y muy bien detallada, sobre todo la parte histórica.
No obstante, para mí no merece más de 3 antifaces porque, sencillamente, tiene «demasiada Historia». Como veréis esto es muy subjetivo.