Esta es la historia de un músico, un violinista ruso al que las musas le han abandonado y que, decepcionado además por el fracaso de un amor imposible, ha dejado de amar la vida. Sin música y sin amor no merece la pena vivir.
Pero entonces la casualidad hace que una frÃa noche, en una posada a la que llega por una averÃa en su coche, tenga un encuentro con un hada. Un hada de las de verdad, de las que conceden deseos. Pero es un hada triste porque la experiencia la ha convencido de que los humanos no saben pedir deseos y al final, cuando ella se los concede, terminan siendo desgraciados.
Poco a poco, noche tras noche, entablando conversaciones en una mesa de la posada y en torno a una botella de vino, van forjando lo que parece una entrañable amistad, quizá producto de la soledad de ambos. El violinista, Nikolay, cree que él si sabrÃa pedir un deseo, con cuidado, con precaución al plantearlo y decide pedirle su deseo. El hada se entristece, pues cree que volverá a salir mal, como siempre, y le pide que lo piense bien. Pero él está decidido y el hada acepta.
Este es un relato corto, de temática fantástica, como habéis podido comprobar, escrito con mucho cuidado, elaborada redacción y con un reparto de personajes que me ha gustado bastante.
Son muchos y muy variados los que aquà aparecen, pero poco los protagonistas, hasta el punto de que al final te parece que sólo han aparecido cuatro o cinco, pero no es asÃ. Al final del cuento, el autor hace una relación de todos los personajes y he contado hasta 42. Al ver que la gran mayorÃa no me sonaban, he vuelto sobre mis pasos para ver si me habÃa perdido algún importante y he comprobado que algunos de ellos solamente salÃan fugazmente mencionados.
Esto me ha parecido interesante: crear una corte tan numerosa de personajes sólo para que den consistencia a la historia de esos pocos, muy pocos protagonistas. Cumplen su función pero no distraen la atención de la acción principal.
Sin embargo no me ha gustado la cantidad de palabras rusas que utiliza porque para entenderlas tengo que ir al final del libro para encontrar su significado en unas anotaciones que, para tal menester, ha puesto el escritor. Esto hace lenta y tediosa la lectura al tener que romper el hilo narrativo para comprobar cada una de las palabras, hasta el punto de que dejé de buscarlas.
El lenguaje utilizado, como ya he dicho, es muy cuidado y elaborado. Escrito en prosa poética emplea expresiones cultas y gran cantidad de figuras retóricas.
Este tipo de escritura es algo que a mà no me gusta, pero esto es una apreciación personal y de ninguna manera quiero presentarlo como crÃtica negativa. Simplemente es que a mà me gustan la prosa y la poesÃa (aunque debo reconocer que ésta en menor medida pues soy bastante exigente con este género), pero no la prosa poética. Me parece que le da un bonito ritmo y una hermosa cadencia al texto, pero también lentitud en el desarrollo de la acción.
Y como, además, no tengo la cultura necesaria para entender este lenguaje con facilidad, tengo que releer párrafos enteros para comprender lo escrito.
Las múltiples metáforas no sólo no aclaran el sentido de lo escrito, sino que lo complican. Debo reconocer su bella factura pero, como he dicho, resta velocidad, dispersa mi atención y me impide seguir la trama normalmente.
Un ejemplo de lo que quiero decir. Asà habla de la noche: “Y cuando por fin ésta hizo su aparición, desplegando su luto aterciopelado desmentido por su inmodesto kaftán de estrellas, poco después le secundó su cortejo.â€
O acerca de un lago nevado: “Y ahà instalado, contempló el espejo del lago negado por su funda de nieveâ€.
O expresiones como: “..verdaderas sin la penosa obligación de ser verosÃmiles…†, “…dipsómana con facultades para la fabulación…â€, “…feérica condición…â€, “…encrucijadas promisorias..â€, “…cultores del aseo personal…â€.
Quizá la temática lo exigiera (fantasÃa, hadas, fantasmas…), pero a mà me gusta más el estilo directo, más prosaico y menos formal, pero aún asà tengo que valorar la belleza y la dificultad de este estilo literario. Espero que todos los que tengáis un espÃritu más poético que yo, podáis disfrutar de este libro más de lo que yo lo he hecho. Yo voy a seguir intentándolo con otro de sus escritos.
Tras valorar todas estas cosas y dejando a un lado mis gustos personales, mi puntuación para este cuento es de tres antifaces.
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