RSS
Entradas
Comentarios

El bastón rúnico, Michael Moorcock.

El bastón rúnico, Michael Moorcock.

He terminado con la novela de Moorcock. En realidad son cuatro libros en un sólo volumen, que conforman las Crónicas de Dorian Hawkmoon. Sus títulos son La joya en la frente, El amuleto del dios Loco, La espada del amanecer y El bastón rúnico, dando esté último nombre al libro que las compila. Se trata de fantasía épica de corte medieval, pero muy del estilo de Moorcock, que ya idearía su universo (multiverso en este caso), en al década de los sesenta, en la que se enmarcan esta seria de libros, los de Elric y otros muchos de la serie del Campeón Eterno.

El libro nos sitúa en una Europa del medievo, pero no del medievo pasado, sino del medievo futuro. Tras una época gloriosa en la que los hombres viajaron a las estrellas, curaron las enfermedades, y la ciencia alcanzaba cotas inimaginables, la guerra sumió al mundo en el caos, y tras lo que se llamó el Milenio Trágico, los restos humeantes de la civilización se vieron reducidos a la era oscura, donde ciudades se organizaban en torno a señores feudales. Se da la razón a Albert Einsten cuando dijo aquello de:

«No sé con qué armas se librará la Tercera Guerra Mundial, pero en la Cuarta Guerra Mundial usarán palos y piedras».

Así fue. Tras el auge de la civilización, volvimos a desplazarnos en carretas, luchar con mazas y espadas y a pagar diezmos al conde de turno. Distancias que antes eran recorridas en algunas horas en avión, ahora quedan completamente aislados, haciendo que algunos de estos países pasen a ser territorios míticos, como la conocida como Asiacomunista, que la pintan como la Atlántida. Un territorio remoto del que hablan las antiguas leyendas y los cuentos de viejas.

En este escenario, una gran potencia intenta conquistar el resto de Europa. Se trata del Imperio de Granbretan, que bajo el mando del malvado emperador Huón, gobierna cruelmente en aquellas zonas que conquista, sembrando el caos a su alrededor. Granbretan es un territorio rico, hedonista, cruel y totalmente militarizado. Las órdenes militares se engloban bajo estandartes de animales, y sus hombres se cubren con yelmos de estos mismos rasgos. Cada orden tiene unas costumbres propias y un lenguaje secreto, así como habilidades especiales. Por ejemplo, la orden de los buitres son los pilotos de los artefactos voladores de Granbretan, los ornitópteros, la clave de su supremacía y su pieza de más valor. Los hurones son ingenieros y excavadores; las serpientes son científicos y médicos, los lobos y los osos militares de élite, y las mantis, la orden del propio emperador, su guardia pretoriana.

Mientras tanto, en una zona llamada La Camarga, situada en territorio de la antigua Francia, el Conde Brass observa dubitativo como se extiende el poder del Imperio. Está claro que se tratan se persona corrupta y crueles, pero piensa que la unificación territorial que imponen puede ser buena a largo plazo. Sus asesores le prevendrán de este peligro, pero él piensa que mientras no se metan con La Camarga, deben permanecer neutrales.

Es "El perro" de JdeT, pero bien podría ser el Barón Meliadus.

Es "El perro" de JdeT, pero bien podría ser el Barón Meliadus.

Un día llegará un emisario de Granbretan, el Barón Meliadus de la orden del Lobo, con el fin de proponer al Conde Brass una serie de acuerdos con el imperio, que éste rechazará amistosa, pero firmemente. Sin embargo, en los días que duran las negociaciones, el barón se encaprichará de la hija del conde, la hermosa Yiselda, e intentará raptarla. Ante los gritos de la joven, el padre acude en su auxilio, y tras derrotar humillantemente con la espada al granbretoniano, le permitirá irse, prometiendo que dejarán tranquila La Camarga. Craso error.

De retorno en sus dominio, Meliadus enviará un espia con el fin de secuestrar a la hija de Brass. Se tratará de Dorian Hawkmoon, un duque alemán cautivo de sus ultimas batallas. Mediante hechicería, implantarán al joven una jodra negra en la frente que minará su voluntad, permitirá que los granbretonianos vean lo que hace, e incluso podrán acabar con su vida de un modo remoto. Dorian, tras varias torturas, sesiones de lavado de cerebro, y por último con el implante de la piedra negra, partirá a cumplir con su misión, a cambio de su libertad, y de la devolución de sus tierras en Colonia.

Una vez en La Camarga, y tras ganarse la confianza de su protector, cuando debe cumplir con su misión no puede hacerlo, y con la ayuda del conde y sus asesores, logra liberarse temporalmente del influjo de la piedra, y se pone al servicio del conde para combatir a las fuerzas del Imperio, que caían sobre el castillo.

Cuando consiguen repelerlas, el joven Hawkmoon se pone en caminio hacia oriente, donde un sabio podrá liberarlo completamente del poder de la piedra. En su viaje encontrará nuevos compañeros de aventuras, como Oladahn, un hombre-bestia de las montañas búlgarás, que dice ser hijo de un hombre y una gigante, o el Guerrero de Negro y Oro, que le desvelará su destino, al servicio de fuerzas más poderosas que el imperio. También tendrá que luchar con terribles enemigos, como el Rey Loco, que dirige una secta de alucinados, o los piratas de Tarabulus.

Orientado por el Caballero,  nuestro campeón buscará a lo largo del viaje poderosos objetos, como el Amuleto Rojo, la Espada del Amanecer o el Bastón Rúnico, que le ayudarán en su lucha para restablecer el orden en el continente.

Un interesante libro en el que además de trepidates aventuras, podemos empezar a atisbar los temas moorckonianos clásicos, como el campeón eterno, el concepto de  multiverso, la Balanza Cósmica, los objetos encantados que ayudan al campeón, el concepto de equilibro entre la ley y el caos… Sin embargo me ha parecido bastante más infantil que otras de sus obras, como la magnífica Elric. Hawkmoon no es el anti-héroe que Moorcock prefiere. Está bastante más cerca de cualquier héroe clásico de la fantasía tradicional, en el lado del bien. Podría ser un Aragorn cualquiera. En cualquier caso, la novela es disfrutable en su justa medida, así que si os podéis hacer con ella, tenedla en cuenta.

logocompra