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Hijos de los hombres, P.D. James.

Hijos de los hombres, P.D. James.

A finales de los años 90 la especie humana dejó de reproducirse. Así es como se extingue el mundo. Ni zombies, ni terremotos, ni cometas del espacio. Simplemente dejan de tener hijos. Veinticinco años más tarde el mundo está sumido en el caos. La gente se dedica al presente, al ahora… no interesa comprar propiedades ni acciones; total, no tendrás a quien dejárselas en el futuro. No importan los bienes tangibles, ni las propiedades… sólo el disfrute y el «carpe diem», derrumbando completamente el sistema de valores.

Mientras el mundo en general está vuelto del revés, en el Reino Unido las cosas está algo más estables, gracias a un gobierno dictatorial, que mantiene en marcha los servicios a base de mano dura, garantizando el «bienestar» de la gente, a cambio de perder ciertas libertades.

No sólo es un problema de estado mental, sino que la población va envejeciendo y no hay remplazo posible. Cada vez hay menos trabajadores capacitados para los trabajos físicos pesados, y cada vez hay una población más vieja a la que cuidar. Es un panorama bastante complejo, a la vez que desolador.

Theodore Faron empieza a hacer balance de su vida al cumplir los cincuenta. Profesor de Oxford, y primo del dictador y Guardián de Inglaterra, Xan Lyppiatt. Ex-consejero del jerarca, vive retirado de la vida pública, divorciado y sin hijos (tuvo una, pero falleció), y sin futuro ni ganas de seguir adelante.

En ese estado de apatía es contactado por una mujer que dice formar parte de un grupo que se opone a la dictadura de Lyppiatt, y apela a Theodore para que haga valer su papel de primo, y ex-consejero para solicitarle que cambie algunos métodos y prácticas habituales.

Hace mención a la brutalidad policial, que castiga cualquier delito con una severidad extrema, sólo preocupados por mantener el bienestar y la tranquilidad de la población, desterrando a los convictos a la Isla de Man, donde los presos viven en la más absoluta anarquía. También le invitan a reflexionar sobre el trato que se les da a los Omega, los jóvenes nacidos en la última generación. Por un lado son mimados en exceso, consintiéndoles casi cualquier cosa, delitos incluidos, y por otra lado, son tratados como mano de obra semi esclava, siendo incluso «importados» de otros países para servir como obreros o cuidadores de ancianos, volviéndolos a deportar cuando ya no son útiles.

Además, están los suicidios eutanásicos organizados. Cuando la gente es muy vieja ( lo cual es posible ya que la ciencia ha avanzado mucho en la prolongación de la vida humana) y está cansada de vivir, el gobierno organiza suicidios colectivos, embarcando a los anciano en un velero rumbo al horizonte. Sin embargo, parece que no todos estos suicidios son completamente voluntarios.

Por último, las inspecciones de fertilidad obligatorias. En veinticinco años no han dado ningún tipo de resultados, así que el humillante proceso al que somete el Estado a hombres y mujeres se muestra innecesario.

Tras comprobar algunas cuestiones, y convencerse de la importancia de las proposiciones, Theodore intentará hablar con su primo, pero sin obtener resultados. Decidirá entonces unirse al grupo de ¿rebeldes?, y comenzar a trabajar por el cambio.

Una interesante novela, sin duda, que te mantendrá en vilo durante toda su lectura. Más que recomendable.