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Pulitzer

La efeméride que hoy nos ocupa no se corresponde con ningún evento relacionado con un escritor, pero sí con la literatura. Hace 100 años, tal día como hoy, murió Joseph Pulitzer, editor estadounidense creador de los prestigiosos Premios Pulitzer.

Joseph Pulitzer (Politzer József),  nació en Makó, Hungria, el 10 de abril de 1847. Su intención primera fue seguir la carrera militar, pero fue rechazado por su precario estado físico. Por este motivo, y con tan sólo 17 años, decidió emigrar a Estados Unidos para participar en la Guerra Civil Estadounidense. Una vez acabada la guerra se estableció en el país, en el estado de Missouri y empezó a trabajar en un periódico, casi de manera accidental. El periódico era alemán y Pulitzer conocía bien el idioma (Hungría ha sido un país muy vinculado a Alemania, por su cercanía, por sus regentes, los Habsburgo y, aún hoy, existen en Hungría comunidades germano hablantes).

Entrar en el mundo del periodismo y llegar a millonario antes de cumplir de cuarenta años, fue todo uno. Su fuerza mediática fue creciendo de manera exponencial, comprando y fundando periódicos, todos de gran éxito y popularidad. Sus métodos agresivos de periodismo tuvieron mucho que ver. Pulitzer introdujo en los diarios numerosas innovaciones, como las tiras cómicas, la cobertura permanente de acontecimientos deportivos o suplementos especiales de ocio y moda.

Cuando compró el New York World, un diario en franca decadencia económica, consiguió levantarlo especializándolo en noticias de la llamada prensa amarilla (sensacionalista) e intentando convertirlo en defensor de las causas justas y adalid contra la corrupción. El nombre de prensa amarilla viene de una historieta a color publicada en este diario y protagonizada por el popular personaje The Yellow Kid. Logró que fuera el periódico de mayor difusión del país.

Pulitzer Yelow kid

Esto le costó una gran enemistad con William Randolph Hearst, otra gran figura en el mundo periodístico y la guerra por conseguir más lectores que el rival, fue cruenta, llegando ambos al punto de inventar, disfrazar o distorsionar noticias sólo por vender más diarios y “robarse” uno al otro a los periodistas y dibujantes más populares, que pasaban de una a otra plantilla, con los consiguientes problemas con la propiedad intelectual. Los diarios de Pulitzer siempre rozaban el  sensacionalismo más grosero, alternando estas noticias con el periodismo de investigación, la denuncia de la corrupción política, sobre todo del Partido Republicano, a quien Pulitzer no demostraba demasiada simpatía.

Joseph Pulitzer quiso financiar la primera escuela de periodismo del mundo en la Universidad de Columbia, aunque la demora en las negociaciones hizo que fuera la segunda. Lo que sí ha conseguido es que sea la más prestigiosa.

Desde 1880 sufrió una ceguera paulatina, vivía casi todo el tiempo en una embarcación, hasta convertirse en una figura legendaria y exótica. Murió a bordo de su yate en el puerto de Charleston, Carolina del Sur, el 29 de octubre de 1911. En su testamento dejó una fortuna para la escuela de graduados en periodismo de la Universidad de Columbia, 2 millones de dólares, y las instrucciones para la creación del premio que lleva su nombre, con el único objetivo de estimular la excelencia.

premios pulitzer

Pulitzer, en su testamento enumera solamente trece premios, de los cuales cuatro son para el periodismo, cuatro para el área de la literatura y el teatro y uno para la educación. No obstante, Pulitzer previó la constitución de una comisión de vigilancia consultiva con el poder de remplazar o añadir ciertos temas, siempre que esta comisión lo juzgue de interés público. También le concedió el poder “no otorgar” un premio, si ninguna obra estuviera a la altura de los criterios de excelencia del jurado.

Estos premios se otorgaron por primera vez en 1917 y actualmente son cinco las categorías para la literatura:

Biografía o Autobiografía – Para una distinguida biografía o autobiografía de autor estadounidense.

Obras Literarias de Ficción – Para una obra de ficción distinguida de un autor estadounidense, preferentemente relacionada con la vida en los Estados Unidos.

Obras de Ámbito General y No Ficción – Para una obra distinguida de no-ficción de un autor estadounidense que no pueda concursar en otra categoría.

Historia – Para una obra distinguida sobre la historia de los Estados Unidos.

Poesía – Para un volumen entero que contenga un verso original distinguido de un autor estadounidense.

Como comentamos con anterioridad al hacernos eco de estos premios, son unos galardones bastante endogámicos, pero ya hay que recordar que en Estados Unidos a duras penas han oído hablar del resto del mundo.

Si les perdonamos este detalle de ¿soberbia, egoísmo, egocentrismo?, es de justicia reconocer la valía de muchos de sus premiados, como Edith Wharton (1921), con “La edad de la inocencia”, Pearl S. Buck (1932), con “La buena tierra”, Margaret Mitchell (1937), con “Lo que el viento se llevó”, John Steinbeck (1940), con “Las uvas de la ira”, Ernest Hemingway (1953), con “El viejo y el mar”, Harper Lee (1961), con “Matar un ruiseñor”, o John Kennedy Toole (1981), con “La conjura de los necios”, y muchos más, ya que su trayectoria es larga  (desde 1917, salvo tres o cuatro veces en que se ha declarado desierto) y la lista enorme.

Este galardón, además del reconocimiento a escala mundial, está acompañado de un cheque por valor de 10.000 dólares, lo que le hace bastante atractivo.