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Manaos. Alberto Vázquez-Figueroa

Manaos. Alberto Vázquez-Figueroa

(Ficha técnica)

Para meternos en materia empezaré por decir que la acción de esta novela se sitúa, como su título bien indica, en la ciudad de Manaos, situada en la confluencia del río Amazonas con el río Negro, en pleno corazón de la selva amazónica, allá por finales del siglo XIX durante la “fiebre del caucho”.

La actividad extractora del caucho que se desarrolla a partir de la savia que se extrae de un árbol denominado seringueira se inició precisamente allí, en la Selva Amazónica, único lugar donde se podía encontrar este tipo de árbol. Una fuerte demanda de este material fue la causante de esa “fiebre del caucho” que tuvo grandes consecuencias, entre ellas, enormes y rápidas fortunas para los caucheros, o explotadores del árbol del caucho, y la creación de grandes ciudades en plena selva. Pero la necesidad de mano de obra barata en un lugar tan inhóspito como éste también trajo consigo la esclavitud en la zona.

La ciudad de Manaos a finales del siglo XIX

La ciudad de Manaos a finales del siglo XIX, mas o menos en la época en que se desarrolla la acción de la novela

Localización de Manaos en plena selva amazónica

Localización de Manaos en plena selva amazónica

Pues bien, de todo esto es de lo que Vázquez-Figueroa nos habla, con su habitual forma de escribir, en esta emocionante novela. Mucha acción y aventura nos encontraremos a lo largo de la misma.

Carmelo Sierra, apodado El Argentino, es un despiadado terrateniente dueño de las explotaciones de caucho en la zona del Manaos. Sus esclavos se ven sometidos a trabajar más allá de la extenuación, sufriendo hambre, miseria, y el látigo de su patrón, con el único fin de aumentar la producción, y por tanto sus beneficios económicos.

Entre esos esclavos se encuentran El Nordestino, que fue a parar allí por una deuda que nunca logrará pagar, El Gringo, un antiguo guardaespaldas de Sierra condenado a la esclavitud por acostarse con la amante de su jefe, Ramiro Poco-poco, un indio auca de la zona recién llegado a la plantación.

La insoportable situación que sufren les lleva a planear una misión “casi” imposible: huir de allí con vida. En su escapada, deciden llevarse con ellos a Claudia, la amante de Sierra con la que se acostó el Gringo y que como castigo ha sido llevada a la plantación como prostituta.

Río Negro

Río Negro

Vista aérea del río Amazonas

Vista aérea del río Amazonas

Esta misión les llevará a sufrir mil y una aventuras en el corazón de la selva, con las que el lector no sólo disfrutará a lo grande, sino que además aprenderá, y mucho, sobre la geografía de la zona, sus formas de vida, lo que fue y supuso la fiebre del caucho… . En fin, una apasionante novela altamente recomendable para los amantes de la lectura en general, y en especial para los que gustan de este género.

La novela, publicada por primera vez en el año 1975, fue llevada al cine cuatro años después, con guión y dirección del propio Alberto Vázquez-Figueroa, e interpretada por Fabio Testi, Jorge Rivero, Jorge Luke, y Agostina Belli, que serían los encargados de dar vida a los personajes de El Nordestino, El Gringo, Ramiro Poco-poco y Claudia, respectivamente.

Detalle del cartel de la película

Detalle del cartel de la película

Porque me parece interesante, no quiero finalizar esta reseña sin contaros cómo y dónde nació esta novela, o al menos las bases en las que se asienta la historia que nos relata. Os dejo con las palabras del propio autor que así nos lo cuenta:

Nunca creí que Arquímedes da Costa, el Nordestino, fuera algo más que una leyenda amazónica -como lo habían sido las “Mujeres Guerreras” o “El Príncipe de Eldorado”- hasta que, durante mi primer viaje a Manaos, lo conocí, viejo, borrachín, y ya acabado. El mismo me contó gran parte de su increíble historia. Lo traté luego durante mis diversos viajes a la ciudad, sin conseguir sacarlo nunca de su querida taberna del Irmao Paulista, y acudí a su entierro cuando me encontraba de nuevo en el Gran Río, recogiendo datos para mi libro “La ruta de Orellana”. En esos días la prensa dedicó amplio espacio a las andanzas de Arquímedes casi medio siglo atrás, y debo reconocer que el serial publicado bajo el título “Las Semillas del Caucho”, constituye, junto con los relatos del propio Arquímedes, la base de esta novela.

Sobre el autor.