Â
José Saramago, poeta, periodista, novelista y dramaturgo portugúes, el más hispano de los escritores contemporáneos, que soñaba con una iberia unida, el escritor de éxito que poseÃa una honda preocupación social, falleció en Lanzarote el dÃa 18 de junio de 2010, a las 12:45, hora canaria.
Nació en la parroquia de Azinhaga, una pequeña población de Santarém, en el Alentejo portugués, a unos 100 kilómetros al norte de Lisboa, el 16 de noviembre de 1922. DeberÃa haberse llamado José Souza, pues este era el apellido paterno, pero a la hora de inscribirse en el registro, el funcionario de turno le registró con el sobrenombre o apodo familiar de Saramago. Este hecho se consideró un “error de plumaâ€, mas oficial y más digno que pensar que el registrador no estaba demasiado sobrio o era en exceso gracioso, como otras fuentes apuntan. Parece ser, no obstante, que también se equivocó al anotar la fecha de nacimiento.
Hijo de campesinos pobres, su padres se vieron obligados a emigrar a Argentina durante un breve periodo de tiempo, y con apenas 3 años, su familia se trasladó nuevamente, ahora a la capital portuguesa, siempre para intentar en vano mejorar su fortuna.
José Saramago estudió hasta los 12 años pues, aunque era buen alumno, no pudo completar sus estudios, ya que pagar una escuela era un lujo que no estaba al alcance de su familia.
Trabajó durante varios años para ayudar a su familia, de mecánico, administratrivo o herrero, mientras que, de manera autodidacta, se leyó toda la biblioteca pública de su barrio. Saramago se encontró aquà con los autores clásicos, a los que siempre pudo recitar de memoria.
En 1944, se casarÃa con Ilda, su primera esposa de la que se divorciarÃa en 1969. En 1947 escribió su primera novela “Tierra de pecadoâ€, con apenas 25 años, pero, a pesar de las crÃticas favorables, no volverÃa a escribir hasta pasados 30 años. Según sus propias palabras no tenÃa nada que decir y en estos casos es mejor callar.
Posicionado polÃticamente desde muy joven, fue miembro del Partido Comunista Portugués. Debido a sus ideas sociales, de izquierdas y abiertamente a favor de los pobres y desfavorecidos y defendiendo siempre la justicia social, sufrió censura y persecución durante los años de la dictadura de Salazar.
Al mismo tiempo que como corredor de seguros, trabaja como periodista en el importante “Diario de Noticiasâ€, del que es expulsado por motivos polÃticos. Participó en la «Revolución de los Claveles» que llevó la democracia a Portugal, en el año 1974.
Volvió a escribir en 1977, dedicándose a la literatura de manera casi exclusiva. En 1984 publica “El año de la muerte de Ricardo Reisâ€, una lúcida meditación sobre el sentido de toda una época. En 1986 publicarÃa “La balsa de piedra†y conocerÃa a Pilar del RÃo, periodista española, traductora de sus obras y con la que se casarÃa poco después.
Tras la publicación en 1991 de “El evangelio según Jesucristoâ€, Portugal le impidió presentarse a un concurso literario internacional, para –según palabras oficiales- no herir la sensibilidad de los católicos portugueses, cuando este paÃs se consideraba a sà mismo como una república laica.
En ese momento decidió autoexiliarse y marchó a vivir con su mujer a España, a la isla canaria de Lanzarote. VivirÃa hasta el final de sus dÃas es esta localidad, compartiendo su tiempo y su actividad social y cultural con la ciudad de Lisboa, una vez que se hubo reconciliado con su paÃs.
No serÃa la última vez que herirÃa la frágil sensibilidad de la iglesia católica. Su última novela, «CaÃn«, levantarÃa nuevamente ampollas entre católicos y fuerzas de la derecha polÃtica, al intercambiar los papeles de bueno y malo de la historia entre Dios y CaÃn.
Su obra, narrativa en su mayor parte, cercana a la vida cotidiana de las personas, está considerada por los crÃticos de todo el mundo como una de las más importantes de la literatura actual. Casi toda su producción habla de la realidad de Portugal y su historia, mezclando realidad con ficción y siempre dejando entre sus lÃneas una visión de “lo que podrÃa haber sidoâ€, que hace al lector replantearse no pocas realidades. Su peculiar modo de escribir, mezclando voces, sin marcas de diálogos, sin signos de puntuación convencionales, desconcierta a muchos de sus lectores, a los que él siempre recomendaba leer en voz alta para adaptarse a su estilo.
Tras escribir «Ensayo sobre la ceguera«, una de sus grandes obras, en 1998 recibirÃa el Premio Nobel de Literatura como reconocimiento a toda su obra. En su discurso dedicarÃa este premio a su abuelo, un hombre analfabeto pero que le enseñó a amar a los otros hombres y a la Tierra. Además de este premio de popularidad, reconocimiento y valor internacional, ha recibido muchÃsimas otras distinciones, entre ellas el Premio Camoes, el más importante para los paÃses de lengua portuguesa.
Â
Â
Enfermo desde hace años de leucemia, en 2007  mejoró ostensiblemente, pero sólo fue un respiro unos pocos años. Falleció el 18 de junio de 2010, en su casa de TÃas, Lanzarote. Su mujer, Pilar, leyó como despedida ante el féretro del escritor, un fragmento de su libro “El evangelio según Jesucristoâ€, la polémica obra que le otorgó el reconocimiento mundial. Sus restos fueron incinerados y reposan repartidos, como su alma, entre Lisboa y Lanzarote.
A pesar de su desencuentro puntual con su paÃs de nacimiento, José Saramago y los portugueses han tenido una relación de amor que perdurarÃa hasta el final de sus dÃas. Su cadáver fue velado en el Ayuntamiento de Lisboa, ciudad en la que empezó a escribir para el resto del mundo, presidido por dos grandes fotografÃas del escritor en las que se podÃa ver el mensaje de despedida que le dedicó su pueblo: “Obrigado, José Saramagoâ€
Sin embargo, su otro gran desencuentro, el que mantuvo con la iglesia católica, nunca fue cerrado. A su muerte, el periódico oficial vaticano “L’Osservatore Romano†le regaló un ataque tan furibundo hacia su persona, que no se puede calificar más que como despropósito irracional.