
Leà este libro por recomendación de una amiga (quien me lo prestó) cuyo elogio sobre la obra, el sugestivo tema -a pesar de que pueda parecer que se ha tratado en muchas ocasiones- y la maestrÃa de la autora, animaba a leerlo.
Es un libro interesante pero demasiado crÃptico. Aquellas personas apasionadas de la historia seguro que disfrutarán enormemente de él, pero no es mi caso. Para mà la historia sólo es interesante si está novelada y este libro es una biografÃa fiel a la realidad.
Demasiados personajes, demasiados nombres, demasiados tÃtulos; árboles genealógicos entrelazados entre sà e indescifrables (a pesar de que los que figuran al principio del libro pueden ayudar bastante). La repetición de los nombres de los personajes no ayuda tampoco. Aquà todo el mundo se llama Catalina, Ana, MarÃa, Enrique, Eduardo y Thomas. Llegó un punto en que empecé a leerme el libro en diagonal, intentando quedarme sólo con lo más importante. Esto ha hecho -con total seguridad- que haya perdido mucha de la información que nos ofrece la autora en este libro.
A Antonia Fraser se la nota muy bien informada, documentada y con un gran conocimiento de lo que nos está contando. No puedo valorar su estilo porque, como ya he dicho, me he perdido bastante en su lectura. La parte más interesante para mà fue la primera, la que habla de Catalina de Aragón pues, al trasladar parte del escenario a España, me manejaba bastante mejor con los personajes, la relación entre ellos y los hechos acaecidos en la época. Al volver a trasladar el escenario a Inglaterra (y, en ocasiones, a Francia y Escocia) ya he dejado de enterarme. Encima, la división de los territorios de aquella época no son los mismos que los de ahora, por lo que a veces no sé si se está hablando de Irlanda, Escocia o Inglaterra.
La importancia que Fraser da a cada una de las esposas es diferente, según mi percepción. La más importante en la vida de Enrique VIII y en la del paÃs que gobierna parece ser Catalina de Aragón.
El joven rey que se casó con Catalina lo hizo enamorado. Catalina era una mujer instruida para ser reina por la propia reina de España, Isabel la Católica. Además de su instrucción tuvo su ejemplo para gobernar un paÃs, a su gente y a su rey. Totalmente entregada a su deber, hizo una gran labor como reina de Inglaterra.
La segunda reina, Ana Bolena, fue una mujer interesada en sà misma, no habÃa sido preparada para ser reina y lo único que hizo fue colocar a todo su entorno en la corte para obtener poder y riquezas. Nunca amó al rey, sólo fue un medio para su escalada social.
La tercera esposa, Juana Seymour, tiene otros méritos, aunque tampoco el de haber sido preparada para ser reina. Fue la única que dio un heredero varón al rey y, ya solamente eso, hizo que el rey le prestara más atención y cariño. Desgraciadamente murió pocos dÃas después del parto por complicaciones propias de la falta de higiene y asepsia propias de la época.
Lo mucho que importó al rey esta esposa se ve en lo que tardó en volver a casarse comparado con sus otros matrimonios.
Una vez asegurada la sucesión habÃa que reforzarla con un segundo hijo varón, un duque de York, por lo que la corte le instó a buscar una nueva esposa. Los encargados de encontrar otra novia al rey recorrieron el mundo buscando a la más adecuada, pintando retratos de las candidatas y mostrándolos al rey.
Una cuarta esposa llegó, Ana de Cleves, aunque no era lo que esperaba el rey. Parece ser que los retratos pintados no fueron muy fieles. El rey se casó con ella, pero su decepción fue tan grande que nunca llegó a consumar el matrimonio y quiso deshacerse de ella. La interesada aceptó un divorcio bastante ventajoso, pues la trayectoria del rey Enrique con sus anteriores mujeres le aconsejaron fervientemente aceptarlo.
Bueno, pues a la búsqueda de la siguiente. Dado lo ventajoso para la familia y amigos de la reina a nivel económico y de poder, no faltaron candidatas en su entorno cercano.
En esta ocasión se decidió por una mujer muy joven. Esto podÃa suponer ciertas ventajas para el monarca, pero también ciertos inconvenientes y estos eran insalvables. El rey se encaprichó mucho de ella: joven, alegre, vivaz y fogosa; y precisamente esto último fue lo que la perdió. Sà el rey era una figura importante pero no era joven, ni guapo, ni fogoso, por lo que ella tuvo que buscar el entretenimiento en otra parte, y dadas las rivalidades y enfrentamientos de las distintas familias para colocar a una allegada en la cama del rey, por motivos que ya hemos explicado, no tardaron en ir con el cuento al rey.
Esta humillación a su persona se pagaba con la muerte, la de la reina y la de su familia y amigos más cercanos.
Y llegó la sexta. Esta última, Catalina Parr, tiene a mi entender un papel más importante en esta historia que sus antecesoras (a excepción de Catalina de Aragón). Esta mujer, viuda por duplicado, adoptó los papeles de esposa, madre y enfermera, en los que tenÃa amplia experiencia y habÃa demostrado sus grandes cualidades. Consiguió restablecer a las hijas que el rey tuvo con Catalina de Aragón (MarÃa) y con Ana Bolena (Isabel) en la lÃnea de sucesión al trono (por detrás, claro, de Eduardo, el hijo varón que tuvo con Juana Seymour).
Logró también una armonÃa familiar desconocida hasta entonces y un papel como regente en ausencia del rey que solamente habÃa tenido antes Catalina de Aragón.
Una vez acabado el libro me ha quedado un sabor muy desagradable por el papel de la mujer en esa época y en concreto en esa corte. Un trozo de carne con el que se comercia para conseguir dinero y poder y del que se deshacen cuando ya no les sirve.
En la última parte del libro, cuando nos relata la vida de Catalina Parr, nos enteramos de que se aprobó una ley que prohibÃa la lectura de la Biblia traducida a mujeres y a personas de baja clase social.
Al mismo tiempo que leo este libro estoy viendo la serie de “El cuento de la criada†(una terrible distopÃa, como todo el mundo sabe) y tengo que decir que me ha aterrado la similitud de algunas situaciones. Por cierto, ese será uno de mis próximos libros.
Etiquetas: Antonia Fraser, Antonio Bonano, BiografÃas, Las seis esposas de Enrique VIII, Novela histórica, Premio PrÃncipe de Asturias de las Letras, The six wives of Henry VIII